El Reglamento de consentimiento fundamentado previo (PIC)(Reglamento (UE) nº 649/2012) es una normativa esencial que establece un sistema riguroso y transparente para la gestión de los productos químicos y pesticidas peligrosos que se importan y exportan en la Unión Europea. Su fin es el de proteger tanto la salud pública como el medio ambiente así como facilitar el comercio internacional.
Para las empresas, es crucial cumplir con normativas internacionales como esta para evitar sanciones y contribuir a un comercio más seguro y sostenible a nivel global.
¿Quiere saber qué supone este reglamento para las empresas, los reguladores y el medio ambiente? En este artículo, exploraremos todos los aspectos clave de la legislación, su impacto y cómo asegurar el cumplimiento.
El Reglamento de Consentimiento Fundamentado Previo (PIC), también conocido como Reglamento (UE) Nº 649/2012, es una regulación que implementa el mecanismo internacional conocido como Convenio de Rótterdam. Este acuerdo busca controlar y regular el comercio de productos químicos peligrosos y pesticidas entre los países miembros de la ONU y la Unión Europea, con el fin de minimizar los riesgos que estos productos suponen para la salud humana y el medio ambiente.
El reglamento establece un sistema de consentimiento fundamentado previo que exige que los países importadores de productos químicos peligrosos den su consentimiento antes de que los productos sean exportados desde la UE. A su vez, las empresas que comercializan estos productos deben seguir estrictos procedimientos de notificación y cumplir con las normas de seguridad establecidas.
Con el Reglamento PIC se busca lograr:
Las últimas actualizaciones de la ECHA han incluido 40 sustancias químicas peligrosas adicionales al PIC, lo que supone obligaciones adicionales para las empresas. Por ello, a partir del 1 de marzo de 2025, un gran número de empresas establecidas en la Unión Europea se verán afectadas por estos cambios.
Las sustancias incluidas en esta ampliación comprenden 35 pesticidas y 5 productos químicos industriales, los cuales deberán ser notificados a la ECHA antes de su exportación. De entre estas, 38 sustancias requerirán el consentimiento de los países importadores, destacando la importancia de cumplir con los estándares internacionales de seguridad y regulaciones.
Las empresas deberán usar el sistema ePIC de la ECHA para gestionar las notificaciones y asegurar que cumplen con estos nuevos requisitos de manera adecuada.
Las empresas que producen o comercializan productos químicos peligrosos deben estar al tanto de los requisitos del Reglamento PIC. Entre las principales obligaciones destacan:
El reglamento PIC tiene un impacto directo en el comercio internacional, ya que crea un sistema estructurado y riguroso para la exportación de productos químicos peligrosos. Los países importadores pueden aplicar medidas de control que protejan a sus ciudadanos y al medio ambiente de los efectos nocivos de estos productos.
Además, en el contexto de la salud pública, el reglamento busca prevenir la distribución de sustancias peligrosas que podrían causar enfermedades graves o daños ambientales a largo plazo. Por ejemplo, la exportación de pesticidas que han sido prohibidos en la UE por su toxicidad está restringida bajo este reglamento.
Uno de los principales beneficios del Reglamento PIC es la protección del medio ambiente y la salud pública. Al asegurar que los productos químicos peligrosos sean cuidadosamente evaluados y gestionados, se reduce el riesgo de contaminación y daños ecológicos.
Además, la transparencia y la información proporcionada por este reglamento permiten a los países tomar decisiones informadas sobre el uso de estos productos, lo que beneficia tanto a los ecosistemas como a las comunidades humanas.
Para que las empresas cumplan con las regulaciones del PIC, deben seguir algunos pasos clave:
Este reglamento no aplica a ciertos productos que están regulados por otras normativas de la UE, como:
Estas excepciones están sujetas a normativas internacionales y europeas diferentes.